La celebración del día de muertos es un sincretismo forzado por la incomprensión de los conquistadores. Lo que vieron los españoles que llegaron con Cortés era, en realidad, una celebración a la vida.
La flor de cempasúchitl (cempoal xóchitl) es el elemento central del ritual y contiene todos los simbolismos de la vida y la fecundidad, como es el agua (cempoal, significa abundancia de agua y a su vez, para los aztecas, el agua es el elemento fundamental de la vida). El cempasúchitl, entonces, no es una flor de muertos, sino una flor de vida, su estructura similar al sol refuerza su contenido semántico.
El altar que acostumbramos tiene elementos de vida: agua, incienso, luz, colorido, comida, que hacen que las almas regresen este día. La cruz es el elemento sincrético, que también modifica el sentido original del ritual. Hoy celebramos la vida de los que ya se han ido.
Bienvenidos sean.
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