NUNCA MÁS FUE VIERNES
No volví a recorrer los fuegos fatuos
de tu filosofía deliciosamente obscena.
No volví a leer tus poemas sensatos
ni miré otra vez tu sonrisa serena.
No sufrí de angustia ni de pena
ni lloré la amargura de mi soledad
tampoco maldigo la dulce experiencia
de esta historia nuestra apenas en ciernes
esta inofensiva e inocua inocencia
porque nunca más volvió a ser viernes.
No habrá, lo juro, más ironías
o tal vez más bien lo lamento
No hay besos ajados en ese desierto
y oscuro rincón de noches tan frías.
No morí, sin embargo
nunca más fue viernes
No hay comentarios:
Publicar un comentario