10 de enero de 2008

LOS FUMADORES, LA LEY Y LA LÓGICA

 Por Juan Carlos Balderas Colunga

Cuando yo empecé a fumar tenía 14 años y en cualquier tiendita de barrio compraba cigarros “sueltos”. En ese entonces mi mejor amigo era Enrique, que era algo así como el canchanchán del barrio donde vivía. Él era el ejemplo de los rebeldes mozuelos aún lampiños. Años después descubrí que mucho de su carisma se basaba en su imagen de adulto y en la increíble labia que tenía para hablar. Le creíamos cualquier historia que nos contaba por más fantástica e inverosímil. Y cuando nos narraba sus relatos se llevaba su cigarrillo a la boca y exhalaba una larga y profunda humareda blanca.
Verlo fumar y la manera que hablaba era una especie de ritual que continuaba cuando el cigarrillo pasaba de boca en boca. Algunos decíamos que no al principio, pero eso nos relegaba automáticamente a la categoría de “niños”, de tal suerte que todos incurrimos en el vicio por imitación, pero sobre todo por aceptación.
Yo siempre he estado consciente de que fumar provoca problemas cardiacos, enfisema pulmonar y cáncer en el aparato respiratorio. Por eso nunca he podido explicarme como es que siendo un producto tan nocivo, se permita su venta libre. En cambio, hace poco más de un mes, los diputados federales aprobaron una ley para aislar al máximo a los fumadores, como en los antiguos leprosarios, con lo que los convierten en verdaderos apestados de la sociedad, confinados para que no contaminen a los demás.
Lo que me sorprende es que, si como dicen las campañas de salud, el tabaco es peor que la marihuana o la cocaína y causa todos los horrores que se le achacan ¿cómo se explica que se autorice su comercio? ¿por qué se permite a los fabricantes de cigarrillos seguir envenenando al público, mientras casi se encarcela a los consumidores?
Es obvio que el remedio al tabaquismo es tan simple y sencillo como prohibir la fabricación y venta de cigarros; pero como esto afectaría los intereses de las tabacaleras, se prefiere arrinconar y perseguir al fumador, que es una víctima y que tiene menos recursos para defenderse. La lógica al servicio del gran capital, “inversionistas generadores de empleos”, le llaman ellos.
Se muestra así al servicio de quién está la política y la ciencia, esa ciencia que permite fabricar cigarros y coches contaminantes a lo bestia, para luego intentar frenar sus efectos nocivos atacando el efecto y no la causa, al consumidor y no al fabricante. Los diputados se abstienen de aplicar la lógica rigurosa y prefieren, por cómoda y segura, la sabiduría condensada en refranes como el que dice y acepta que “al perro más flaco se le cargan las pulgas”.
EPPUR SI MUOVE IV
(y sin embargo se mueve)
Mi casa era una torre de Babel / De inmensos espejos cóncavos /Que hacían verse pequeña la ciudad.
Mi casa era una vía láctea de papel / Mi casa era un espejismo en el desierto / Flores remotas de un jardín sembrado /A la orilla sur de cualquier planeta.
Mi casa era un bosque de árboles muertos / Mi casa era un laberinto en las mañanas / Sin alas ni cera ni mar que navegar / Con noches largas y estrelladas / Y una luna que entraba por las ventanas
Mi casa, la de hoy, escribe historias / Cuenta hasta tres / Tiene lágrimas y besos, canciones, recuerdos / Arco iris y gotas que le aplauden a la frescura/ Las puertas abiertas a grandes memorias / Mi casa es.
Cualquier comentario acerca de esta columna sin humo de cigarro, puedes enviarlo al correo electrónico: jcbalderas.urbi@gmail.com

Publicado en Queo.com.mx. Culiacán, Sinaloa

4 de enero de 2008

ESPERANZA DE AÑO NUEVO

 Por Juan Carlos Balderas Colunga

Todo lo que comienza tiene un talante de esperanza, por eso nos gusta retomar actividades que no concluimos o suspendemos por el puro placer de volver a sentir la emoción de empezar. Hay una sensación de mejoría, de Paz y bien en nuestros espíritus y eso se refleja en nuestra actitud.
Por eso siempre es bueno comenzar el año nuevo con propósitos bien definidos, como hacer ejercicio, volver a las clases de baile que dejamos hace meses, no pelear con el prójimo, comer más sano, hacer mejor tal o cual cosa que incide de manera directa en nuestro trabajo o en nuestra vida en general. Hay en todo ello la convicción de ser mejores seres humanos.
Hay comienzos esperanzadores en este 2008 en Sinaloa, el inicio de las 18 administraciones municipales da un nuevo aire y renueva planes y proyectos para hacer de esta entidad una de las más prósperas, con el esfuerzo de cada una de las nuevas administraciones, con el entusiasmo de la sangre nueva y con el refuerzo de la experiencia que ha acumulado el gobernador del estado.
Creo que a Sinaloa le va a ir bien en los siguientes tres años, a pesar de las dificultades que representan situaciones específicas como la liberación de aranceles para productos agrícolas básicos, maíz, frijol y azúcar. Hay esperanza, como también existe la preocupación por este tipo de situaciones.
Confío en el trabajo de todos los involucrados para enfrentar con éxito esta y cualquier otra situación específica.
En este sentido, hoy quiero compartir contigo, lector, lectora, estos versos sencillos del poeta cubano Silvio Rodríguez:
Dice que se empina y que no alcanza,
que sólo ha llegado hasta el dolor
Dice que ha perdido la buena esperanza
y se refugia en la piedad de la ilusión.
Sé de las entrañas de su queja
porque padecí la decepción:
fue una noche larga que el tiempo despeja,
mientras suena en mi memoria esta canción:
Venga la esperanza,venga sol a mí.
Lárguese la escarcha,vuele el colibrí.
Hínchese la vela,ruja el motor,
que sin esperanza ¿dónde va el amor?
EPPUR SI MUOVE III
(y sin embargo se mueve)
Con su embozo deslumbrante / Brillo de oro y diamante / Viene la muerte en veneno / Con apariencia de bueno. Con el talante de anhelo / Doliente padece la verdad /El transfigurado y negro velo / Aniquila en astillas a la humanidad
Cualquier comentario acerca de esta columna esperanzadora, puedes enviarlo al correo electrónico: jcbalderas.urbi@gmail.com

Publicado en Queo.com.mx. Culiacán, Sinaloa