Hay un romanticismo absurdo en ver a las etnias vivir en el atraso, como si el paisaje de miseria que rodea a los pueblos indígenas fuera un motivo de orgullo.
Lo cierto es que viven en condiciones paupérrimas con el desinterés oficial a cuestas.
Lo que ilustran las fotos de ninguna manera se puede llamar vivienda digna. Es el sur de sonora, donde habitan comunidades yoreme mayo. Ahí hacen falta los esfuerzos del gobierno de Claudia Pavlovich.
Ningún sonorense, ningún mexicano bien nacido puede sentirse satisfecho con un gobierno que no resuelve problemas elementales que dignifiquen la calidad de vida de sus gobernados.
¿Para qué sirve que en Sonora haya inversión extranjera o que haya importantes acuerdos comerciales con Arizona y otras cosas por el estilo que presumir como logros del gobierno, si todo eso no se traduce en una mejor forma de vivir para los más pobres?